La primera pareja reproductivamente exitosa se liberó en diciembre de 2013 y para la primavera de 2014 se registró la primera camada de lobos mexicanos en vida libre del programa, siendo también la primera registrada después de más de 30 años de ausencia de lobos en México.
El lobo mexicano considerado extinto en los años 70, se encuentra en franca recuperación debido a los programas que el gobierno de México ha emprendido, en conjunto con la sociedad civil. Actualmente, el número de ejemplares en vida libre asciende a más de 44 individuos. .
Las acciones de conservación de la especie consisten en la rehabilitación, liberación de ejemplares, y monitoreo de la población en vida silvestre, así como la mitigación de los riesgos que enfrentan los ejemplares. Para esto, se trabaja con los pobladores locales en cuestiones de educación ambiental, mejoramiento de hábitat, promoción de pago por servicios ambientales y otros esquemas de protección de la tierra. .
El pasado mes de febrero en conjunto con el Dr. Servín investigador El Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (CONACyT) se monitorear distintas áreas de la comunidad, así como su fauna y flora para posible sede de liberación de ejemplares del lobo mexicano por la altura en la que se encuentra.
El lobo es un depredador de la cúspide de la cadena trófica y como tal es un regulador de los ecosistemas. Cuando el lobo desaparece o es eliminado, este ecosistema se desequilibra y las poblaciones de sus presas crecen sin límite.
Además, los carnívoros como el lobo tienen otro efecto regulador del ciclo de los nutrientes al aumentar la diversidad de los carroñeros. Los lobos no siempre consumen completamente sus presas y a veces abandonan el cadáver para reducir el riesgo y la energía de defenderlo (Ripple et al., 2014; Wilmers et al., 2003). Esta biomasa es después utilizada por otros grupos de animales (por ejemplo, escarabajos carroñeros, aves rapaces o mesocarnívoros) y por descomponedores, como bacterias y hongos, que transformarán esta fuente de alimento en materia inorgánica enriqueciendo el suelo, cerrando así un ciclo alimentario natural que promueve un ecosistema saludable y funcional (Wilmers et al., 2003; Beekers et al., 2017).
El lobo mexicano es un carnívoro que se encuentra en la cima de la pirámide alimenticia y ayuda a controlar la población de herbívoros. Esto promueve la diversidad de plantas. El lobo mexicano se distribuía históricamente en Estados Unidos y México. En México, se encontraba en Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango, Zacatecas, Aguascalientes, Jalisco, San Luis Potosí y Guanajuato
El Tarahumar se encuentra en el estado de Durango, y su ecosistema es muy similar al del lobo mexicano, para eso se hace un estudio donde se instalan cámaras trampa, para estudiar su ecosistema a mayor profundidad.
Las bases para soltar al lobo mexicano en un lugar incluyen:
El Dr, Servín y su grupo de investigadores de la CONACyT, realizando el monitoreo de aves para el estudio de biodiversidad para integración del lobo mexicano.
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